martes, 20 de diciembre de 2011

Eras tú




Yo sabía de ti sin saber nada,
cuando era memoria solamente,
página en blanco
para que le soñara las rutas
de tu descubrimiento.

Eras la única sirena dulce
que sabía mi nombre
y yo como una fecha sin años
te reinventaba en Ítaca.

Eras el pájaro más claro
que volaba en la tarde
y eras azul y verde asustadizo
y el rojo que madura
frutal en la abundancia.

Eras la brisa del Amor
danzando en mi navío,
la última edición de una lluvia
besando femenina.

Y yo sin habla, bien lo dices,
porque eras tan hermosa
que si decía algo
podía asesinarte.

Pastor Aguiar

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