lunes, 2 de enero de 2012

Mejor callado




Si digo adiós me deshabito,
mi trabajo es vivir en despedida,
ahorrarme en palabras las edades
más ricas y más largas.

Callado voy de puño al instrumento,
de regreso al sonido original
donde cambio memorias por olvido,
talla y peso por notas que levitan
voceos sordomudos.

Vibro más bien, soy lo escuchado
por alguien que me sueña sin oírme
en un tiempo desnudo cuando vuela
del latido a la sangre.

Y broto más herido que ser hombre,
mi propia redundancia.

Pastor Aguiar

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