“Qué
hago yo con un rostro y no una hoja”.
Qué
resuelvo no leña angustiando a la rama:
Ese
dibujo, vuelo memorioso,
estocada
tendida al infinito
y
allí su boca frágil.
Cómo
es posible mi raíz sin tierra,
no
haber fructificado todavía
cuando
toca al big bang la vez del punto
y
debo conjugarme multiverbo.
Qué
hago aquí de víctima al gusano
si
mi raza es erecta en el fragor del bosque,
libre
de cualquier ojo que aprisione
con
su leve existencia mi quieta eternidad,
si
árbol transcurro plenamente
aunque
nadie me diga.
Pastor
Aguiar
Enero
22-12
Gracias, amigos, por leer y dejar el like. Feliz año nuevo y abrazos.
ResponderEliminarPrecioso poema! Un abrazo grande.
ResponderEliminarJeniffer Moore
Gracias, mi querida Jeni. Un besote.
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