Soy de un
lugar inexistente,
he llegado
hasta aquí quién sabe cómo,
si me paren
memorias que ya no se conjugan
con la carne
pretérita.
Memorias de
haber sido de algún campo
igual al
universo, y tan seguro
su rostro de
planeta en la comarca
como el sol
en el cielo.
Hubo muertos
y vivos dando fe de su raza
en todos los
rincones, digo tierra,
digo sombra
de mí que todavía
me sueña
mutilado en esta copia
proyectada
al exilio.
Fueron
hombres de un verde que era negro
con órdenes
de nada fue de alguien,
ni de lluvia
ni pájaros, ni gente;
y el tiempo
dando gritos me olvidó
ahora en los
países.
Pastor
Aguiar
Es un placer leerte nuevamente, saludos
ResponderEliminarUn Holocausto lleno de nostalgia tus letras... muy bello escrito, te dejo un abrazo.
ResponderEliminar