Esta risa
que río fue llorada
y fue canto
de pájaro y fue hambre
de voces que
vendrían.
Esta mano
que alzo lleva golpes
contra
rostros pretéritos, fue aplauso
en pausa
todavía y sabe cosas
como un
tacto en barbecho.
Y mi sombra
era sombra de poetas
malditos por
mi falta de palabras;
me sigue
casi perro marcando territorios
donde oscuro
me olvido.
Para qué
continuar este inventario
de viejas
novedades sin origen,
para qué
reinventarme una existencia
tantas veces
vivida.
Pastor
Aguiar
Me ha gustado el poema. Me quedo con estos versos:
ResponderEliminarPara qué continuar este inventario
de viejas novedades sin origen,
para qué reinventarme una existencia
tantas veces vivida.
un abrazo
fus
Muchas gracias, amigo, por tu apreciación. Un abrazo.
ResponderEliminarMe mueven tus versos, saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Modesto. Un abrazo.
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